lunes, 9 de julio de 2012

Capítulo CINCO.

CAPÍTULO 5.
Los dos chicos cruzaron corriendo la carretera. Al otro lado, en medio de un enorme campo en barbecho, había un pequeño edificio cuadrado y una de sus paredes era ocupada casi completamente por una puerta de garaje. Con suerte, habría dentro un coche con las llaves puestas y el depósito lleno. Y sin ella, sería un buen refugio donde pasar la noche o, al menos, esconderse un tiempo. Suponiendo que la puerta estuviera abierta, claro. Pero por buenas que sean las botas y ajustados que sean los pitillo, correr a oscuras por un campo recién arado a toda la velocidad que tu excitada entrepierna te permite para salvar la vida, no es fácil. Y Tannya no tardó demasiado en caer al suelo con un tobillo torcido. Si apenas pararse, Lyss la cogió en brazos y siguió corriendo como si la chica no pesara nada…aunque tampoco es que pesara demasiado, la verdad.
-Por fin puedo cogerte… ¿Ves como no es para tanto? A partir de ahora siempre te llevaré tomada como a una niñita…
-Que te lo has creído, capullo. No me vas a volver a coger otra vez en la puta vida. Y ésta me la pagarás…
-¿Quieres que te deje caer?
-¿Quieres ver dónde me agarraría para no caerme? Igual sin ella dejabas de ser tan chulito…
-Eso es la linterna, ¿sabes?
-Ya me parecía demasiado para ti…
-Habló de tamaño la vaca lechera -dijo dejándola en el suelo, recostada contra la pared opuesta a la gasolinera, en la que había una gran ventana-… ¿Puedes andar?
-No me apetece comprobarlo ¿y si me coges otra vez, cari?
-¿Y eso? ¿Es que te ha gustado?
-Nah, es sólo que mientras me llevabas he pensado dos venganzas y no me decido…mejor que me cojas dos veces....
-Bueno –dijo ignorando a Tannya y alumbrando por la ventana el interior del habitáculo, que parecía una especie de pajar, con un tractor en medio de montañas de fardos, barriles, sacos, paja, leña, ladrillo y todo tipo de herramientas y enseres para el campo-, faltan unas cuatro horas para que amanezca, las pasaremos aquí dentro, ¿okey? Encontraremos gasolina, un  techo y algo con lo que defendernos, por si hiciera falta.
-A mí me preocupa más otra cosa –dijo Tannya visiblemente inquieta.
-¿Qué pasa, amor?
-Que nunca lo he hecho en el asiento de un tractor -sonreía pícara, mordiéndose el pulgar. Y añadió, apartando la vista y bajando el tono-…contigo…
-Ni lo vamos a hacer – le respondió Lyss, tan fríamente como pudo-. ¿Entramos o quieres esperar al psicópata ahí tirada?
-¿Sabes, Lysandre? Eres un asqueroso hijo de puta –dijo levantándose-. ¿No quieres hacerlo en el tractor? Pues te…-Cayó al  suelo. Al parecer, su tobillo, estaba más fastidiado  de lo que pensó en un primer momento.
-Tampoco estás en condiciones de hacerme demasiado -dijo Lyss agachándose y cogiendo a la chica-… Vamos.
-¡Que no me toques, cabrón!
-Coge la linterna, anda… y alúmbrame un poco, no querrás que yo también me joda un tobillo, ¿no? –Añadió Lyss, ignorándola y colándose por la ventana con ella en brazos.
-¡Pues no! –Gritó mientras golpeaba al chico con la linterna, suavemente y con ella encendida por cierto, en la cabeza- ¡Quiero que te jodas las dos! ¡Que no puedas ni moverte! ¡Y que venga ese maldito asesino de una jodida vez y te arranque los putos huevos!
-¿Y qué ibas a cenar tú esta noche, eh? -Dijo dejándola suavemente en el asiento del tractor y dándole un besito en la mejilla -. Bien, estate quietecita y no hagas el tonto mientras busco una horca, un hacha o algo así…
-Lyss –Le llamó un momento más tarde-… ¿Crees que esto servirá?
Increíble  pero cierto. El granjero o… lo que fuera el dueño de aquello guardaba una escopeta recortada, ya montada y cargada, bajo el asiento.
-Igual sí que estamos en la jodida Texas…-dijo Lyss sintiendo una fuerte erección al ver a su chica encañonándole desde arriba.

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