CAPÍTULO 4.
-¿Sabes que los golpes ahí duelen mucho? ¿Y si dejas quietecita la rodilla?
-¿Para qué? ¿Para dejarte en condiciones de violarme? –Empezó a darle un poco más fuerte. Noto en su cuello como se encogía de dolor su pobre novio y sonrió, complacida.
-¿Es que acaso no es eso lo que quieres? ¿Lo que llevas buscando todo el puto día?
-¿Sabes que sigo siendo menor? ¿Y que si te denuncio por secuestro y violación te caerán como quince añitos?
-Te hice un favor al dejarte venir a vivir conmigo… ¿Por qué no dejas de repetir que eres menor?
-¿Y tú porqué no dejas de olvidarlo, imbécil?
-¿Por qué llevamos una hora embobados hablando con preguntas mientras intentas dejarme estéril?
-¿Y tú por qué estás tan guapo a la luz de la luna?
-¿Te han dicho alguna vez que estás como una puta cabra?
-Pues sí, alguna…no te creas el primero… ¡Pero gracias! –Por fin dejó de golpear al chico y comenzó a besarle. Sabía que en el particular juego de la pareja eso suponía perder, pero no podía resistirse un segundo más.
-¿Me amas, Tannya?
-¿Tú qué crees, idiota? –dijo dando un saltó y abrazándose con las piernas a su chico, que, sin esperarlo, no pudo aguantar su peso tan de repente y cayó de bruces sobre ella.
-¿Así que es cierto que esos golpes os dejan sin fuerzas, eh, machito?- rió Tannya acostada en el suelo, aún con las piernas en torno a chico, según habían caído.
-Hija de puta…
-¡¡Esa boca!! ¡Ya te has quedado sin besito de sana sana, por listo!- dijo levantándose y cogiendo la garrafa para la gasolina.- ¡Así que andando, mamonazo, que quiero largarme de esta mierda de sitio pero ya!
Sin una palabra, como tocado por un rayo, Lyss se puso en pie, levantó a su sorprendida novia como a una muñeca, la dejó caer de malas formas sobre el capó del coche y se le echó encima.
-¿Quién está sin fuerzas ahora, enana? –Susurró en su oído entre mordisco y mordisco.
-Ya era hora –dijo Tannya, sin ceder un ápice y mordiéndose los labios para evitar gemir-… ¿Qué clase de maricón aguanta todo el jodido día quitecito con este cuerpazo delante? ¿Es que…? –La calló un beso.
Pero en ese momento algo hizo que los ojos de Tannya, a punto de cerrarse, se abriesen como platos y casi saliesen de sus órbitas: la luz de la tienda se había encendido.
-¡¡¡Lyssssssssss!!! ¡Para, para, por favor!
-¿Qué te pasa? ¿Vas a mojarte? ¿Ya?
La asustada chica intentaba zafarse en vano. Esos rollos raros que se montaban con violaciones y masoquismo tenían su morbo, pero también algunos defectillos, pensó.
- En serio, tío, hay alguien ahí abajo, para de una puta vez.
-¿Eres muy pequeña para las pelis de Stephen King, ¿sabes? Será otro indeseable como nosotros robando al pobre gasolinero… Esperamos a que se vaya y nos acercamos nosotros a ver si ha dejado algo, ¿Okey?
-Lyss –lo cierto es que la había convencido, pero estaba algo asustada, además… ¡La había llamado indeseable!–, estate quieto, joder. Por favor, vamos a coger lo que podamos del coche y nos vamos corriendo…
Iba a darle un puñetazo al imbécil de su novio, pero algo la detuvo. Algo que los dejó paralizados a ambos durante un momento: Dos disparos y un grito bastante gutural que decía algo así cómo “Largo de aquí”.
-¿Se puede saber por qué coño os ponéis tan tontos los tíos con dos besos?
-¿Por el tuyo? ¡Y yo qué sé! ¡Calla y corre!
Tienes que darle las pastillas.
ResponderEliminarYa está...la pobre chica es ninfómana-bipolar-psicótica-sado-masoquista y ya necesita medicación...
EliminarSi, si la necesita. Con urgencia.
EliminarPues a mí me gusta como es así D:
EliminarIba a matarla en cuanto llegaran a la gasolinera...sí me estoy pilando por un personaje que yo mismo he creado...déjame!!11
De verdad, te quedas con ganas de más, lol XDDD
ResponderEliminarPD: anda, Adoniiis~
Tranquila, que estoy en ello...
EliminarQué pasa conmigo?
EliminarPues nada, qué va a pasar XD Sólo saludaba :P
Eliminar