CAPÍTULO 6.
-Tannya -la dulce voz de su novio la despertó-... Vamos, despierta Ya es de día.
No era su intención dormirse con... no sabía qué o quién buscándoles por un pueblo fantasma. Pero le dolía la pierna, Lys quiso masajeársela, fue subiendo poco a poco, una cosa llevó a la otra y... suele pasar cuando lo das todo que al acabar caes frita.
-Buenos días, mi amor -tenía buen despertar, su característica agresividad la iba cargando a lo largo del día su desesperante novio.- ¿Seguimos vivos?
-Qué mona estás recién despertada...lástima que cuando te despejes te vayas convirtiendo en niñata insoportable...
-Calla, tú, que tengo sueño... ¿Conseguiste combustible?
-No... Se ve que el tractor es diesel, nuestro coche de gasolina...
-Claro…el descapotable del señorito no puede ir a gasóleo, como los de todo el mundo, ¿no?
-Fuiste tú la que lo eligió por ser rojo… Además, no supimos hacerle el puente al otro, ¿te acuerdas?
-¿”Supimos”? ¿Por qué diablos hablas como si me hubieras dejado intentarlo?
-Oh, venga, princesa, que es muy temprano para pelear… No acercaremos a la gasolinera, ¿okey? ¿Qué tal tu pierna?
-Supongo que mejor, me diste un buen masaje–dijo besándole en la mejilla.
-Guay, pilla tú el arma, yo cogeré ese hacha…
-¡¿Ya empezamos, machito?! ¡¿Soy demasiado pequeña para llevar yo el hacha, capullo?!
-Que te den –le respondió bajándose del tractor de un salto y dirigiéndose a la ventana sin ella- ¿Seguro que tu pierna está bien? -Añadió cuando estaba a punto de salir, al ver que no lo seguía ni le contestaba.
-No…ayúdame a bajar de aquí, anda…
-Encantado, mademoseille…
-Calla, cabrito.
-Yo también te quiero…
De la mano de su novio y cojeando, pero sin humillarse rebajándose a apoyarse en él, Tannya andaba lo más erguida que posible, arrastrando por el suelo la cabeza un enorme hacha que apenas podía levantar.
-¿Sabes?, me parece injusto que TÚ lleves la escopeta que YO encontré…
-¿Pesa mucho? ¿Quieres que cambiemos?
-Yo no he dicho eso… –respondió, dolida, mostrando algo de resistencia para soltar el mango.
-Qué guapa cuando te enfadas….
-Vete a la mierda, cerdo.
Pasaron junto al coche sin mostrar la más mínima atención ni a la radio, que seguía encendida. Al ver la vacía garrafa que dejaron en el suelo, Tannya, que seguía de morros, la mandó a unos metros más allá de una patada, esperando la reacción de su novio. Pero éste seguía sumergido en sus pensamientos sin hacerle caso. El muy mamón iba de duro, pero estaba realmente acojonado. Cuando llegaron a la puerta de la tienda, un gato pardo salió corriendo de ella.
-Ahí tienes a tu psicópata…te cuidado que no te coma, gatita…
-Ya- dijo la chica guardando un paquete de tabaco y cogiendo un par de cigarrillos de otro-… ¿Y quién encendió estas luces, eh?
-Puede que él -dijo Lyss mirando absorto el cadáver que había algo más adentro, entre dos estantes. Ni se inmutó cuando la chica se le abrazó llorando.
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