domingo, 8 de julio de 2012

Capítulo DOS.

CAPÍTULO 2.
-¿Pero y por qué mierda el capullo éste pasa por delante?-pensó Tannya, dando un portazo y poniendo punto muerto.-¿Es que no quiere pedirme un beso para que yo pueda negárselo?¿Para eso paso yo por detrás? El muy cerdo debe estar reservándose para esta noche...o madrugada, pensó mirando la luna casi llena que estaba ya en lo más alto. Pues se va a quedar con las ganas. ¿Cree que por ser el conductor es el único que se cansa de viaje? Se va a enterar....
Su "terrible venganza" consistió en pisar el freno un poquito mientras el empujaba. Sabía que la quería...y ella a él también...pero las doce horas de viaje no le habían hecho bien a ninguno de los dos. Y ya casi estaban en la gasolinera...soltó el freno de golpe y, al notar como el coche pegaba "un salto" hacia delante, sacó la cabeza por la ventanilla para ver a Lyss:
-¿Vas bien, mi amor?-preguntó lo más sarcásticamente qué pudo, viendo que el pobre chico había caído de rodillas.
-De puta madre, cariño mío...de puta madre...
Sonaba cansado, agotado. Puede que asustado(aunque Tannya no sabía de qué). Él jamás lo reconocía, pero las poquísimas veces que tenía miedo, hablaba así. O quizás estaba realmente exhausto . Sintió ternurilla por él, hasta le dio lástima...y pensar en esto, le dio risa.
-Tranquilo, casi hemos llegado. En media horita estarás en tu camita teniendo sueños bonitos, de eso se encargarán estas manitas que tanto te gustan...
¿Cuantos disminutivos he usado? ¿Ahora soy el puñetero vecino de los Simpson? De putísima, para una vez que le digo algo amable y pensará que me estoy burlando de él...me da hasta penita...
-¿Y si pedimos habitaciones separadas y así descanso un rato de ti?-Dijo Lyss interrumpiendo sus pensamientos.
Aunque por otra parte...-pensó Tannya irónicamente-ese maldito pederasta se merece todo lo que le pasa...y más aun.
-Ya hemos llegado, señorita-dijo Lyss apareciendo en su ventanilla, con una diligencia y caballerosidad muy exagerada-, ¿haría usted el honor de bajar y permitirme coger las llaves?-y le abrió la puerta.
-No soy tan inútil como tú, ¿sabes? Dijo ella arrojándole las llaves a la cara literalmente. Nada más hacerlo, se arrepintió. Y más aun cuando vio que le golpeó un ojo con ellas, y el pobre lo único que hizo fue decir un "¡Ay!", y agacharse a cogerlas. Se la quedó mirando como si no la conociera.
-¡Perdóname, cari!-dijo echándose a sus brazos.-He estado muy estúpida contigo todo el día, estoy harta de coche, pero seguro que tú estás peor...y tienes que aguantarme, y encima con esa sonrisita de gilipollas que sabes cuánto me gusta...lo siento...
-Heey...¿no dijimos que nunca pedirías perdón? Aguantarte tus locuras no me molesta, me encanta...y es el pequeño precio por tirarme a una fierecila bipolar...
-¡¿Precio?! ¡¿Acabas de decirme que soy una puta?!
-Una no... ¡La mejor del mundo!-dijo jugándosela, acercando una mano, disimuladamente, al pecho de la chica.
-Qué cabrón eres...Por eso me gustas, Lysandre -respondió ella cogiéndole ambas manos y metiéndoselas debajo de la camiseta-, por las cosas bonitas que me dices...
Lyss sacó de "ahí" sus manos. Alguien podía verles y tomárselo mal.
-Te quiero, mi niña-dijo apartando el flequillo de su novia-...
Pero un puñetazo en la boca del estómago le cortó la respiración y le hizo doblarse sobre sí antes de que pudiera besarle la frente. A Tania podías mandarla a la mierda mientras maldecías a sus muertos y llamándola zorrón...pero no podías decirle lo joven que era, ni por supuesto llamarla "niña" o "peque". Y él lo sabía. Puede que mejor que nadie de este mundo.
-¿Y si buscamos alguien que nos meta gasolina en el cacharro éste?-Dijo mientras se giraba y se alejaba hacia la tiendecita, meneando sensualmente sus caderas.

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