Un día más, salió de casa dando un portazo. Había vuelto a discutir con sus padres. Un cuatro y medio en mates no es destrozarse la vida, pensó al cruzarse con un indigente. Había cosas peores, como aquella chica del insti que se quedó embarazada con dieciséis años, el drogata del parque...o lo que se había hecho en las muñecas poco antes de empezar a gritar a su madre. Eso mismo que no sabía muy bien por qué hacía, pero con lo que se sentía bien. Lo mismo que sus padres habían decidido tomar por un intento de llamar la atención y cuya respuesta ante ello era ignorarlo.
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