Ahora mismo estoy, por primera vez en mi vida, en Madrid, en una estación de andenes subterráneos no muy diferente de las del metro de Barcelona, creo que la única gran ciudad en la que he estado a`parte de ésta en los últimos 19 años...antes de nacer la última vez, no recuerdo por dónde estuve.
Se comprenderá que en mi caso, siendo de pueblo ande un poco perdido, poniendo toda mi atención en que no me manguen cartera, maletas, etc. Justificaré el escribir esta entrada diciendo que apenas me queda batería en el móvil y que para cargarlo por USB tengo que tener el PC encendido, y ya aprovecho la ocasión.
En ésta situación uno puede pensar en muchas cosas: todo lo que me espera este año, lo extraordinariamente jodida que es la carrera de caminos, lo que me ha avergonzado la family en la despedida, lo que los voy a echar, lo que me voy a arrepentir de avergonzarme de ellos cuando esto pase, la morriña de mi pueblo(bueno, eso pa los gallegos que son los que tienen pueblo bonitos, los sureños no), los amigos que se quedan, alguna que otra chica, o por ejemplo, la autubusera rubia que tengo enfrente observándome(os aseguro que es verdad, aunque supongo que me mira por las pintas que llevo y por tener el portátil), y un larguísimo etc. que a una persona medianamente "normal" se le pasaría por la cabeza. Pero no a mí. Yo sólo pienso en que faltan 10 días para que haga un año que empecé a salir con la que me inspira para mis poemas ñoños, cursis y, sobre todo, malísimos hasta dar pena.
Y...bueno, también pienso en lo muchísimo que me aburro...
Más ñoñerías.
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