Ni yo mismo puedo creerlo:
aún te sigo queriendo,
por mucho que pase el tiempo,
te sigo echando de menos.
Y es que si los ojos cierro,
me persigue tu recuerdo
y el de tu hermoso cabello,
sobre tus hombros cayendo
ocultando de mis besos
tu preciosísimo cuello
el de esos buenos momentos
de un amor que no fue eterno.
Más ñoñerías
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